Emile Cohl sorprendió al mundo el 17 de agosto de 1908, con la primera caricatura totalmente animada del mundo, ‘Fantasmagorie’. Auspiciada por la compañía Gaumont en París, 700 imágenes con dibujos sencillos cambiaron el curso de la historieta.

Cohl se inspiró en la película “The Haunted Hotel”, donde  descubrió la animación, cuya técnica se basa endibujar un cuadro y fotografiarlo, para luego filmar el negativo. Un muñeco echo con manos y piernas de palo, hilando una serie de secuencias dándole vida durante casi un minuto y medio, fue lo más revolucionario para la época.

Fantasmagorie representa a un hombre de palo moviéndose e interactuando con algunos objetos. La secuencia más llamativa es un donde está sentado en el cine detrás de una mujer con un gran sombrero de plumas parecido a una piña que luego procede a rasgar capa tras capa.

Montado en caballo, al lado de un elefante o siguiendo a un señor, la magia de Fantasmagorie debió ser impactante para la época. La cinta fue proyectada por una linterna del diglo XIX que proyecta imágenes oscuras en la pared. 

El término francés “fantasmagorie” se define como “una sucesión compleja en constante cambio de cosas vistas o imaginadas”.

Hacia finales de siglo apareció una nueva técnica llamada “giro de la manivela” o “movimiento americano” debido a su lugar de origen. Consistía en una serie de dibujos en gis sobre un fondo negro, en 1906 nacía el dibujo animado sobre película de 35 mm, Colh la aprovechó.

Cohl fue también caricaturista, ilustrador, fotógrafo, autor de comedias, actor, pintor, periodista e ilusionista, después de Fantasagorie, creó al primer héroe de dibujos animados, Fantoche, el primer dibujo animado inspirado por un comic, Les Aventures des Pieds Nickelés  y la primera serie de dibujos animados Le Chien Flambeau, El perro Flambeau. Convirtiéndose así en el padre de la animación.