Este día se instituyó en 1949, con el objetivo de promover el uso de fuentes alternativas y disminuir el uso de las energías no renovables.

El Día Mundial de la Energía debe servir para crear conciencia en la sociedad de la importancia del uso racional de energía y de la obtención de las mismas por fuentes de energías limpias que la naturaleza ofrece como el sol y el agua.

La energía es imprescindible para el desarrollo y crecimiento de un país, toda la sociedad y calidad de vida depende de ella. En todas las épocas, la energía ha sido centro de la actividad humana; la fuerza misma del hombre fue su fuente principal en la época primitiva, sin embargo, a partir del siglo XXI, más que nunca se depende de la energía.

Según uno de los últimos informes anuales del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), más de un tercio de la población mundial no tiene acceso a las formas avanzadas de energía, y que los 30 países más desarrollados del planeta, que representan un 15% de la población total, consumen más del 60% de estas formas modernas de energía.

Se calcula que, aproximadamente, el 80% de la energía se produce a partir de combustibles fósiles, y un 36% de ésta proviene del petróleo. Solo un 2% proviene de energías renovables.

La generación de energía por fuentes no renovables (petróleo, carbón y gas) hasta el momento ha provocado grandes impactos negativos al medio ambiente y se considera que es la causa de los principales problemas ambientales que aquejan al planeta. La generación de energía no es la única gran fuente de contaminación, pero está directamente relacionada a la provocación de emisiones de gases o efecto invernadero (GEI) vinculados al Cambio Climático.