Parece que los tiempos de Estados Unidos de tirar las cosas en el caso que dejen de funcionar, se están acabando, y si bien para quienes impulsan esta cuestión apuntan en gran medida, a un asunto medioambiental, invita a pensar en la gran crisis que ha generado el Covid-19 y en la falta de dinero para reemplazar los bienes, como en otras épocas.

Se sabe que los estadounidenses gastan 1,480 dólares por hogar al año en productos electrónicos nuevos y descartan 6.9 millones de toneladas de desechos electrónicos en el mismo lapso, según un informe del Public Interest Research Group, un grupo de defensa del consumidor que hace campaña abogando por el “derecho a reparar”.

En los últimos años, gigantes tecnológicos como Apple y Microsoft han reducido la capacidad de los consumidores para reparar dispositivos por su cuenta, lo que les permite arreglar sus aparatos solo en las tiendas oficiales, que según los defensores de los consumidores, aumenta los costos de reparación de manera exponencial.

Los productos de hoy en día están hechos para ser ensamblados fácilmente pero no para ser desarmados, ya que su estructura depende de pegamento o tornillos pequeños, por lo tanto la iniciativa surge como un gran freno a las prácticas actuales, sobre todo de marcas como Apple y Sony, entre.

En contrapartida, el debate comienza: “Obligar a los fabricantes a proporcionar acceso sin restricciones a claves digitales e información patentada pondría en peligro la seguridad de miles de productos conectados a Internet“, dijo Carl Holshouser, vicepresidente senior de TechNet, una asociación norteamericana que representa a los directores ejecutivos del sector tecnología.

En la misma línea, afirma que “permitir que terceros no autorizados accedan a información de diagnóstico, software, herramientas y piezas sensibles también crea más riesgo de fraude. Los especialistas en reparación autorizados ayudan a garantizar la capacitación, la calificación y verificación adecuadas del fabricante para tratar con software, piezas e información de diagnóstico sensibles”.

En el caso de Tesla, ha se ha fundamentado adversamente, sosteniendo que esta situación amenaza la seguridad de los datos y la ciberseguridad, entre otros aspectos.

Apple, por su parte, ha sido menos reticente a estos cambios y ha tomado algunas medidas para ampliar el acceso de los consumidores a las reparaciones de sus dispositivos y reducir los desperdicios electrónicos.

En marzo, la factoría de Cupertino amplió su programa de proveedores de reparación independientes y gratuitos a más de 200 países y abrió el acceso a piezas originales, herramientas, manuales de reparación y diagnósticos para reparaciones fuera de garantía.

Finalmente, el asesor económico de la Casa Blanca, Brian Deese, dijo que la orden ejecutiva, está diseñada para impulsar “una mayor competencia en la economía, al servicio de precios más bajos para las familias y salarios más altos para los trabajadores”.

Con Información de Microsoft News