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Etiquetas RFID: qué son y qué aplicaciones tienen
El sector industrial ha encontrado en la tecnología RFID un gran aliado, ya que esta aporta grandes ventajas como la captura de datos en procedimientos dónde es imposible, o muy costoso, hacerlo manualmente. Ha logrado dinamizar y optimizar todos los procesos englobados dentro de la actividad industrial, y son muchos los sectores que la han incorporado en su sistema.
Las etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID) son la forma sencilla de identificar un producto u objeto para que pueda ser detectable de forma inalámbrica, y para garantizar su trazabilidad. La etiqueta RFID es un dispositivo inteligente y de pequeñas dimensiones que almacena datos y es capaz de transmitirlos a través de señales de radiofrecuencia. La información y la trazabilidad que envía sobre un producto se puede captar de forma rápida y automática por un receptor de señal.
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Las etiquetas RFID (Identificación por Radiofrecuencia) se pueden clasificar de varias formas según su fuente de energía, frecuencia de operación y aplicación. Aquí están los principales tipos:
1. Según su fuente de energía:
- Pasivas: No tienen batería y obtienen energía de la señal del lector RFID. Son más económicas y duraderas, pero tienen menor alcance (hasta 10 metros).
- Semipasivas (o asistidas por batería, BAP): Tienen una batería interna que ayuda al chip a operar, pero la comunicación sigue dependiendo del lector. Mayor alcance que las pasivas.
- Activas: Cuentan con una batería propia y pueden transmitir datos sin necesidad de un lector cercano. Tienen mayor alcance (hasta 100 metros) y memoria, pero son más costosas y grandes.
2. Según la frecuencia de operación:
- Baja Frecuencia (LF – 125-134 kHz): Corto alcance (hasta 10 cm), resistentes a interferencias, ideales para control de acceso y rastreo de animales.
- Alta Frecuencia (HF – 13.56 MHz): Alcance de hasta 1 metro, usadas en tarjetas inteligentes, control de bibliotecas y pagos sin contacto.
- Ultra Alta Frecuencia (UHF – 860-960 MHz): Alcance de hasta 10 metros, ideales para logística, retail e inventarios.
- Microondas (2.45 GHz o más): Mayor alcance y velocidad de lectura, utilizadas en peajes electrónicos y rastreo de activos de alto valor.
3. Según su aplicación y forma:
- Etiquetas en papel o adhesivas: Para productos en retail y logística.
- Etiquetas rígidas o encapsuladas: Para ambientes extremos, rastreo de contenedores, activos industriales.
- Etiquetas en tarjetas: Para control de acceso, pagos sin contacto.
- Etiquetas en vidrio o encapsuladas en resina: Para identificación de animales y aplicaciones médicas.
- Etiquetas textiles: Integradas en ropa para gestión de inventarios en moda y hospitales.
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A pesar de su pequeño tamaño, son capaces de codificar una gran cantidad de información sobre un producto durante toda la cadena de suministro. Su capacidad de almacenaje de datos permite que el artículo al que hacen referencia pueda ser trazado desde el proveedor de materias primas hasta la llegada del producto al punto de venta, gracias a la radiofrecuencia. Los trabajadores de una empresa pueden comprobar en tiempo real y cuando lo necesiten toda la información contenida en las etiquetas RFID. Estas etiquetas ayudan a la gestión de stock, la reposición y la clasificación de la mercancía. En próximos artículos hablaremos sobre los escenarios donde se pueden aplicar.
Cada tipo de etiqueta RFID tiene un uso específico dependiendo de la necesidad de alcance, resistencia y costo.