Todo aquel que trabaje en este campo sabe que se trata de un programa de espionaje muy potente y muy difícil de combatir, ya que se instala de forma secreta en teléfonos móviles para poder acceder a toda la información guardada en ellos e incluso controlar sus funciones.
Una vez infectado el dispositivo, es muy complicado de detectar porque los propietarios no notan cambios en su funcionamiento, pero este puede llegar a leer conversaciones, activar el micrófono o la cámara o rastrear una ubicación.
Ahora, una investigación internacional de casi veinte medios y organizaciones de derechos humanos ha destapado que al menos una decena de gobiernos lo ha utilizado para espiar a activistas y periodistas, entre otros.
¿Qué puede hacer Pegasus?
Pegasus entra dentro de la familia de malware conocida como ‘spyware’: programas maliciosos espías que se utilizan para monitorizar y controlar un dispositivo. Se cuelan en los móviles y los ordenadores como muchos otros malware, es decir, engañando a los usuarios para que hagan clic en un enlace que no deben o incluso, como es el caso de Pegasus, aprovechando vulnerabilidades en aplicaciones como WhatsApp para instalar el virus directamente, sin que se percate el usuario.
Una vez instalado, es capaz de acceder a la memoria del teléfono para comprobar sus archivos y los programas que tenga instalado en él, extraer estos datos y enviarlos directamente a los servidores del cliente que lo haya contratado.
Sí, Pegasus se contrata. La empresa que ha diseñado y vende este programa de espionaje es la israelí NSO Group, otro nombre que cualquiera que esté familiarizado con la seguridad informática conoce.
Según han relatado medios de varios países en múltiples ocasiones, esta compañía siempre asegura que solo lo vende para que los servicios de inteligencia de los países lo utilicen contra criminales y terroristas, pero en más de una ocasión se ha demostrado que las víctimas no encajan en ese perfil.
Que este software solo puedan adquirirlo (en teoría) las unidades de inteligencia de un país o, por ende, sus gobiernos se debe a que es un programa muy sofisticado que todavía no se sabe cómo combatir una vez está dentro de un móvil.
Controversia
En estos días, una de las investigaciones más extensas llevadas a cabo sobre Pegasus ha revelado que los gobiernos de al menos diez países han utilizado este software espía contra periodistas, activistas y defensores de derechos humanos. En ella han participado 17 medios de comunicación y dos organizaciones sin ánimo de lucro: Amnistía Internacional y Forbidden Stories.
Estos han accedido a una base de datos filtrada que contiene miles de números de teléfono que clientes de NSO Group habrían seleccionado como potenciales blancos. Entre ellos, figuran periodistas, activistas o abogados dedicados a casos de derechos humanos. Entre los clientes destapados por la investigación están los gobiernos de México, Azerbaiyán, Kazakistán, Hungría, India, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Baréin, Marruecos y Ruanda.
Fuente: Proceso