Desde el 12 de noviembre de 1931 se celebra el Día del Cartero gracias a la hazaña que realizó un trabajador postal en los tiempos de la Revolución.

En el imperio Azteca, los carteros crearon el sistema de relevos, con el objetivo de hacer una entrega más rápida, eficiente y sobre todo mantener en óptimas condiciones de salud a los carteros. Estos se alojaban en torres que se colocaban cada 10 kilómetros, donde los carteros esperaban el relevo.

Desde entonces, comenzaron a transportar Joyería, paquetes, alimentos y telas. Para la época colonial, el sistema fue aún más rápido con la inclusión del caballo, apoyando al trabajador postal de aquel entonces.

Para 1759, se instauró el correo en Yucatán para después fundar las primeras oficinas postales en Veracruz, Puebla, Guerrero, Oaxaca y Guanajuato. Poco tiempo después se originó el servicio de estafetas o correo especial y diplomático, así como nuevas oficinas postales en Aguascalientes. De esta forma, se estableció el servicio de correos de manera formal.

Para el imperio de Maximiliano, se instauraron los primeros buzones y los sobres postales, para un mayor control en el servicio y la correspondencia. Durante el Porfiriato y con la instauración del ferrocarril, el sistema correspondencia fue más eficiente. De igual forma, se inició la construcción del Palacio Postal, mismo que sigue en función actualmente.